miércoles, 21 de agosto de 2013

Una lección enorme de dos personas pequeñas... en edad


Cada día la vida nos sigue sorprendiendo gratamente. Uno está lejos de su tierra y de repente una noticia te hace vibrar al sentirte apoyado con tanta fuerza por quienes incluso no conoces.

El gesto de Celia Vicente Miguel y de Alba Sánchez Encinas, dos canijas con un corazón tan grande que rebosa solidaridad por todas partes, te hace ver que no estás sólo en esta lucha y que lo que haces sigue teniendo sentido, porque no es ya mi trabajo, sino el trabajo de muchas personas que están detrás, a veces en la sobra, anónimos, niños y mayores…

Desde Nicaragua quiero agradecer, en nombre de muchos niños de vuestra edad, Alba y Celia, lo que por ellos habéis hecho. No importa que sea poco o mucho lo recaudado, importa que un gesto de amor hacia los desconocidos os salió del alma y os pusisteis manos a la obra.



Tengo entendido que de vosotras partió la idea y de vosotras las cosas que colocasteis sobre la mesa de la solidaridad. Doble mérito: vuestros trabajos y vuestra generosidad. Por ello, nos sentimos orgullosos de vosotras y yo, personalmente, de ser parte de ese pueblo desde el que unas niñas como vosotras nos enseñan cada día a los mayores a saber dar el valor real que tienen las cosas. Nos enseñáis a hacer grande lo pequeño y apasionante lo sencillo.

Este gesto, aunque en la retina de muchas personas que celebraron la feria de San Bartolomé en Fuenteguinaldo, queremos que también surque cada rincón del planeta a través de la Web. Queremos que detalles como éste no permanezcan ocultos y que sean una buena y alegre noticia para todas las personas.

Muchas gracias, Celia; muchas gracias, Alba. Y como dicen acá en Nicaragua, que Dios os bendiga.